París II

Hay noches que vuelvo a París
A recordar cómo solías ser
Cómo contigo fui
A escucharte reír.
Bajo un techo de lluvia constante
Y un cielo sin tonalidades
Hasta tornarse gris.

Hay noches que vuelvo a París.
Aún te veo esperando entre el humo
La silueta de un cuerpo desnudo
Y lágrimas de ceniza en el cojín.

Y entre mis sábanas asoman
Los besos de otro carmín
En tus labios promesas de papel rotas
Que me hicieron descubrir
Algunas palabras entre tus mentiras
En tus silencios un par de notas perdidas
Una balada triste entre tus recuerdos
Y la luz tenue de la luna llena
Rompiendo el cristal de nuestro reflejo.

A veces me sorprendo volviendo
A un lugar donde no quiero quedarme
Sólo sobrevolar en secreto
Y te desvaneces cuando despierto.

Pero me alivia tu ausencia
No quisiera que volvieras
Aunque de tanto olvidar tu recuerdo
Hay noches en que te me quedas aquí dentro
Y retrocedemos en el tiempo.

En esas noches vuelo a París.
Y humo es todo lo que veo
Y pienso si de tanto confesarme
Los pecados se habrán ido deshaciendo
O si el ojo de luz en hora punta
Que alumbra la ciudad desde la altura
Nos dejó hace tiempo al descubierto.

Hay noches que sin quererlo llego
Y arraso con todo lo que veo
La lluvia rompe de nuevo
Las colillas invaden el cenicero
Como cementerios de caladas perdidas
O demasiado rápido consumidas
Y montañas de ceniza para matar el tiempo.

Curioso como lo mantuvimos en secreto
Días tardíos y noches tempranas
A penas un par de palabras
Suspendidas entre el techo y el suelo
Las dejé colgando sobre el lavadero
Para ver si secan tus heridas
O pierden su peso
O si siguen quebrantándome el sueño.

Hay sudores fríos que me transportan de nuevo
Al invierno permanente
Durante aquella lluvia infinita
Rumores recorren las calles
Dejando pedazos de amor rotos
Entre sus baldosas medievales

Y yo vuelvo a observarlo desde lejos
Desde la ventana del 24
De fondo la melodía de las gotas rompe el silencio
Suplicándole otra vida al cielo
Antes de morir contra mi marco.

Ya no sé si hablo de ellas o conmigo.

Hay noches que vuelvo a París
Y el Sena arranca tus recuerdos
Borra la huella de aquellos paseos
A orillas de la pena y el miedo
Inundados en ilícitos deseos

Y cada día la corriente
Se lleva de por medio
Un trocito de las letras de tu nombre
Pronto yacerán bajo sus cimientos
Nueve letras menos en mi alfabeto.

Qué pena que juré no escribirte
Y sin dedicarlo ya lo he hecho

Hay noches que vuelvo a París
Y humo es todo lo que veo
Y yo que no sé de arrepentimiento
Dejé mis reproches enterrados
A los pies de las torres de cemento
Volví a escribir mi cuento
Y ojalá el Sena también arranque
Este sentimiento


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